Al norte de los Países Bajos se encuentra el Mar de Wadden, un entorno natural excepcional que forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. En esta costera región, el agua salada del Mar del Norte se mezcla con la dulce de ríos y lagos, creando un ecosistema protegido por islas. La calidad de sus aguas es excepcional, y la abundante presencia de plancton nutre a las ostras, que, por ende, son notablemente más grandes y carnosas que las cultivadas. Estas ostras prosperan principalmente en bancos de arena que emergen con la marea baja, lo que facilita su recolección. Esta área está regulada, y la recolección de ostras solo puede realizarse manualmente, requiriendo para ello un permiso. Tienen una carne firme y un sabor auténtico del Mar de Wadden: una dulzura salina, rica y redondeada, sin llegar a ser excesivamente salada.
A diferencia de los cultivos ganaderos, las ostras salvajes no requieren suplementos ni intervención humana, además de no causar impacto en el medio ambiente. Filtran el agua en la que habitan y solo pueden sobrevivir en condiciones óptimas, por lo que es esencial conocer su procedencia. La calidad del agua del Mar de Wadden es monitoreada varias veces a la semana para asegurar su adecuación. Aparte de (la mayoría de) las ostras cultivadas, las ostras salvajes se reproducen de manera natural y poseen un músculo considerablemente más fuerte que les permite mantener las cáscaras cerradas. Esto hace que su apertura sea un desafío, pero la recompensa merece la pena: una ostra grande, firme y deliciosa en su interior. Las ostras son una fuente sumamente sostenible de micronutrientes esenciales, como:
Un matrimonio de pescadores conocido como "de Goede Vissers" se dedica a la recolección de ostras. Una o dos veces a la semana, zarpan para recolectarlas, eliminan la viruela marina y se aseguran de que estén limpias y preparadas para su transporte. Su misión es preservar el medio ambiente y trabajar con productos y bienes sostenibles. Durante la temporada de verano, tienes la oportunidad de acompañarlos en una aventura de pesca o visitar la tienda de ostras para experimentar el fascinante proceso de recolección de estas.
La temporada alta de ostras es de septiembre a abril. Durante estos meses, están regordetas y sabrosas, lo que las hace perfectas para disfrutarlas crudas. Sin embargo, es un mito que las ostras no se puedan comer cuando la "r" no está en el mes, tienen que estar frescas y se pueden disfrutar todo el año, también en verano.
Recomendamos disfrutar nuestras ostras frescas y crudas, directamente de la concha. Para experimentar el mejor sabor, la primera ostra debe comerse desnuda, sin ningún aderezo. Un chorrito de limón o una pizca de salsa tabasco realzan maravillosamente sus sabores naturales.
Experimente el sabor incomparable de nuestras ostras holandesas silvestres, recolectadas en cualquier época del año. Disfrútelas frescas y crudas para disfrutar del verdadero sabor del mar de Wadden.